Proceso creativo en Impresión 3D
Creador de tecnología o consumidor de tecnología será en muy poco tiempo una de las maneras en las que consideraremos a las personas. En realidad el concepto ya lo tenemos interiorizado: manitas, chapuzas o inútil. Lo único que añadimos es el adjetivo tecnológico.
En la infancia del siglo pasado lo mejor que podían hacer nuestros padres para fomentar nuestras aptitudes tecnológicas y creativas era regalarnos un mecano, muchos lego, el quimicefa o dejarnos trastear con aparatos estropeados y una sencilla caja de herramientas.
Para la infancia de hoy en día estos artilugios se quedan cortos. Ahora sin una tablet llena de aplicaciones (educativas, por supuesto…), una videoconsola o un smartphone, nuestra chavalería “se aburre”; y no sólo eso, además se queda atrás en cuanto al desarrollo de habilidades y agilidad tecnológica. Bueno, pues llegados a este punto, de lo que se trata es de asegurar lo mejor posible que la experiencia no se limite a saber usar la tecnología… sino que se entienda y se sepa crear.
Añade una impresora 3D a la lista de regalos valiosos y con un par de programas informáticos de libre acceso permitirás que tus hijos puedan llevar el proceso creativo a otra dimensión (nunca mejor dicho): producir sus propios juguetes, diseñar sus propios complementos, por no hablar de conceptos mucho más académicos como la resistencia de materiales, gasto de material, tiempo de producción, geometría…
Bueno, aquí un ejemplo de proceso creativo que he desarrollado desde Wimba: Diseño y producción de un tiesto con depósito y evacuador de agua integrado.
He utilizado Tinkercad para diseñar la pieza. Esta herramienta tiene una biblioteca de formas geométricas básicas (cubo, cono, esfera…), pero en un alarde de originalidad, he preferido utilizar como base de la pieza una forma más compleja, con forma de dado. A partir de ahí, combinando formas sólidas y huecas, he definido el depósito para el agua, el respiradero y el hueco para la planta.
De Tinkercad nos vamos a CURA, el programa que traduce el diseño a la impresora 3D (en este caso una Hephestos de BQ). Programa de manera automática, capa por capa, la impresión del objeto. También calcula el tiempo que tardará en imprimir y la cantidad de material que va a consumir.
Aquí podéis ver un resumen del proyecto en CURA, el proceso de impresión y el resultado final :
[youtube https://www.youtube.com/watch?v=qLEUcTtxVys?rel=0&showinfo=0]
El modelo diseñado a priori (de unos 20 cm de alto) tardaba 23 horas en ser impreso… demasiado tiempo para esta primera prueba. Así que en el propio CURA redujimos el tamaño al 50%, pasando a tardar unas 5 horas. Como se puede apreciar en las imágenes, tiene mucho relleno y doble capa, que es lo que más tiempo y material consume.
Al haber reducido el tamaño respecto al diseño original, se reducen los espacios previstos para que el agua escurra al depósito. A efectos prácticos obliga a repasarlos con un cúter, en esta versión mini. Salvo ese problemilla, el resultado es más que satisfactorio:
A partir de aquí ¡podemos montar un vivero! O mejorar el modelo, que es casi más apasionante que el desarrollo del modelo inicial: pensar cómo reducir el gasto de material y el tiempo de impresión, añadir algún logo o diseño que haga aún más particular nuestro modelo…
Con niños, este sería un buen contenido para desarrollar a lo largo de un trimestre: Aprender a usar el programa de diseño, diseñar su prototipo de tiesto, imprimirlos, buscar mejoras, definir el modelo final, y buscar una aplicación práctica (por ejemplo, llegar a la fiesta de Navidad del cole con un lote de plantitas para vender y destinar el dinero a algún proyecto solidario…)
Etiqueta:3D, creatividad, tiesto