¿Y si son los coches los que avisan a peatones de que es seguro cruzar?
Uno de los principales retos de la Inteligencia Artificial y el software para vehículos autónomos es el propio comportamiento humano, y la interacción máquina – humano.
La startup Drive.ai, dedicada a desarrollar sistemas de conducción autónoma, está considerando dicha interacción como parte esencial de su estrategia. Esto implica que, además de crear sistemas que puedan aprender a interpretar los datos y lecturas de los sensores para un adecuado control del vehículo, van a habilitar un aprendizaje extendido al comportamiento de peatones y la posibilidad de que el sistema interaccione también con ellos.
En unas semanas comienzan los ensayos para probar una serie de vehículos con displays y dispositivos de sonido integrados, con los que poder comunicarse con los peatones.
Los sistemas de conducción autónoma son capaces de calcular la maniobra óptima en cada estado de circulación, teniendo en cuenta la posición y ruta propias en relación con las posiciones de otros vehículos. Pero, según Carol Reiley, una de las ingenieras en robótica de la startup, el factor humano debe tener más presencia en la ecuación de lo que se ha considerado hasta ahora.
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